Wilson Quintero/ Jordi Álvarez Caules / Bilbao / Abril 2008
Cualquier persona mayor de edad, inmigrante o no, puede afiliarse al sindicato.
Están afiliadas cerca de 2.000 personas extracomunitarias, de un total de 89 nacionalidades.
No hay ningún canal que diversifique la participación en las estructuras del sindicato en función de la procedencia de las personas. Estas estructuras son muy diversas y amplias, por lo que no se ha procedido nunca a cuantificar el número de inmigrantes que participan en ellas.
Todas las actividades del sindicato están dirigidas tanto a inmigrantes como a no inmigrantes. Tan sólo hay una que está dirigida específicamente a personas de origen extranjero, y es una asesoría específica debido a que deben soportar una situación administrativa distinta al resto. Las demás actividades (resto de asesorías, formación, orientación para el empleo, tiempo libre, etc) están abiertas de igual manera a toda la afiliación.
Los casos de estafas no son numerosos, pero sí son constantes. Antes de la denuncia pertinente hablamos con las administraciones para garantizar que, en caso de situación irregular del inmigrante, éste no se vea perjudicado.
No hay ninguna reticencia hacia los afiliados inmigrantes por parte de los afiliados “de toda la vida”. Somos la misma clase trabajadora, sólo que hablamos con distintos acentos. Tampoco hay ningún problema a la inversa. Si la persona procede de un país con cultura sindical, es más proclive a afiliarse; si esa cultura no existe, puede tener más dificultades a la hora de conocer una organización sindical.