"No se puede culpar al inmigrante de la recesión económica"

Entrevista con Zhong Jing Jang el secretario de Chinos de Euskadi desde 2003

La población china en Euskadi alcanza ya las 2788 personas según datos del Observatorio Vasco de Inmigración de Agosto de 2007. Esto supone que son uno de los colectivos extranjeros menos numerosos en la autonomía, representando sólo el 3% de la población inmigrante. A pesar de este dato los chinos son uno de los colectivos cuyos integrantes más tiempo llevan viviendo en Euskadi, un 29,5 % afirma, llevar más de 6 años residiendo en el territorio; y es, sin duda también, el colectivo más trabajador: los chinos son los extranjeros que optan más por autoemplearse, poseyendo la mayor tasa de ocupación entre los inmigrantes, el 87,1% , mientras solo el 2,3% chinos opta por el paro. “A los chinos no nos gusta pedir ayudas, preferimos depender sólo de nuestro trabajo” afirma Zhong Jing Yang (Zhejiang 1961), secretario de la asociación Chinos en Euskadi, una asociación creada en 1995, y compuesta hoy por 200 socios.


Yang vino a España en 1986. Entró por Madrid para comenzar a trabajar en un restaurante chino. Él había estudiado medicina general en su país, pero ante la imposibilidad de homologar el título, y la obligación de tener que volver a estudiar la carrera en España desde cero, decidió, movido por las urgencias económicas que tiene toda persona inmigrada, dedicarse a otros oficios. Un año después de su llegada, decidió mudarse a Portugalete, inducido por un amigo suyo de Logroño, que le insistió que probara suerte en Euskadi, una región “con grandes posibilidades empresariales”. Ese año, con dinero ahorrado, y dinero que pidió prestado a familiares y a amigos, fundó “La Gran Muralla”, restaurante chino que aún hoy funciona en Portugalete. Esta es la forma a la que optan la mayoría de los chinos para iniciar su negocio. Primero ahorran un dinero, trabajando para otros chinos ya asentados en el país, luego con ese dinero ahorrado y otra cantidad que piden prestada a sus paisanos más cercanos, deciden crear su propia empresa. “Es muy difícil conseguir un crédito de un banco siendo chino, por eso decidimos prestarnos dinero entre nosotros, el colectivo chino es muy solidario” asegura Yang.


Yang reconoce que los primeros años de apaptación son muy difíciles, “primero por el idioma y después porque comienzas a trabajar en algo que no tiene nada que ver con lo que has estado trabajando o estudiando en China” sobre todo porque el trabajo en los restaurantes “es casi de esclavitud” explica Yang. A veces sales a las “2:30 o 3:00 de la mañana y no tienes tiempo para descansar”.


Esta es la opción de muchos chinos, que deciden, finalmente autoemplearse en la hostelería, un 40%, y en el comercio un 60%. De estos úlitmos un 80% de ellos trabajan el pequeño comercio, los todo a 100, mientras que un 20% se dedica a la venta al por mayor, a lo que actualmente se dedica Yang. Todo esto está transformando el paisaje urbano de las ciudades, donde cada día abren más comercios chinos. Negocios que compiten con los pequeños y medianos comerciantes vascos. Yang reconoce, que esta iniciativa empresarial china “comienza a generar tensiones entre los pequeños comercios”, pero insiste en que “todo esto se debe a una crisis que está viviendo el pequeño comercio a causa de la competencia de las grandes superficies, y no de la competencia de los chinos”.


“Es muy fácil echar la culpa al comercio chino, pero hay que analizar el tema con perspectiva, en los años 80, cuando yo llegué a Euskadi, casi no existían las grandes superficies, pero ahora está lleno de este tipo de supermercados, el Artea, Bilbondo, Carrefour, Eroski, Megapark, etc, y otros nuevos que se van a construir, esos son los que verdaderamente están haciendo daño. Es imposible competir con estas multinacionales, por que importan directamente de china, y sus precios son muy baratos. Y hoy China, es ya, una fábrica de mundos” explica Yang. Yang insiste en que la crisis que está viviendo el pequeño comercio se debe “a una perdida del poder adquisitivo del ciudadano”. “Los precios de los alimentos básicos están subiendo mucho, el precio de los transportes, y por supuesto, el precio de los alquileres y el de los pisos, todo el mundo estamos endeudados, y eso se nota en el comercio”


En cuanto a otro factor del que los comerciantes vascos suelen quejarse, el de los horarios de los comercios chinos, Yang sostiene que “en España está estipulado que un comercio puede estar abierto 72 horas a la semana. La mayoría de los establecimientos chinos abren a las 10:00 cierran a las 14:00, y vuelven a abrir a las 17:00 y para cerrar a las 22:00”, por lo que están cumpliendo la ley, en lo que si reconoce que chocan con el comercio tradicional, es que “los comercios chinos abren todos los días”.


Hablamos también de otra leyenda urbana: que los comerciantes chinos no pagan impuestos. Yang se rie y opina que “la gente que dice esto no tiene ningun conocimiento de cómo, no ya funcionamos los chinos, sino como funciona el sistema laboral en España. ¿Que hace Hacienda entonces con nosotros? ¿Somos invisibes para Hacienda? Yo creo que si la gente le da dos vueltas a la cabeza se da cuenta de que eso no puede ser. Sinceramente ojalá fuera así, que no tuviéramos que pagar impuestos, para nosotros mucho mejor” concluye con sorna.
Yang cree que todos estos prejuicios son más fruto del desconocimiento, que de la mala fe, y reconoce que de ese desconocimiento que tiene la población autóctona del chino, también son en parte culpables ellos, “porque somos muy callados”.
Tras 20 años de vida en Euskadi, reconoce que está encantado, “la gente en el País Vasco es muy abierta y muy amable en general”. Aunque opina “esta mirada hacia el inmigrante esté cambiando porque ahora igual la gente está más intranquila debido a que la economía no va bien y se toma como cabeza de turco al inmigrante”.

- La asociación Chinos en Euskadi imparte cursos de mandarín para niños chinos, y para los padres vascos que adoptan hijos de esta nacionalidad.
- La sede de la asociación sirve de centro cultural donde sus integrantes leen