Wilson Quintero / Bilbao / 12 de Mayo 2008
Para mucha gente extranjera es tan importante saber con exactitud dónde están las paradas de autobuses, las estaciones de metro y trenes y por supuesto los locutorios más cercanos. Porque necesita llamar a su familia para avisar que todo ha salido muy bien y que ya se encuentra en tierras vascas. Los locutorios son, quizá, esos espacios en los que por poco dinero una persona puede comunicarse con alguien en otra parte del mundo. Por eso Nuevo Euskadi, habló con algunos de los dueños de estos comercios para que nos contaran cómo ven la nueva Ordenanza de Locutorios que la Concejala Delegada del Área de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Bilbao, Julia Madrazo ha presentado a los medios de comunicación el día 6 de mayo.
Pero además, de esas necesidades, comenta Moulay Driss Sadiki, unos de los pioneros de estos comercios en Bilbao, la transformación del mercado global de las telecomunicaciones y las relaciones sociales, hacen de estos sitios un lugar de encuentro. Por eso, piensa que es un retroceso para la integración económica y para la misma interculturalidad de la que tanto se viene hablando en Euskadi. Estas son algunas de sus apreciaciones:
Para mí “esta normativa va en contra de libertad empresarial y de competencia y viendo el momento y como se ha presentado esta normativa, vemos que hay intereses muy fuertes de grandes superfices y de entidades bancarias que se están molestando de la competencia que los locutorios les están haciendo sobre todo en envíos de dinero”.
Para este comerciante la falta de participación y consenso ha caracterizado esta decisión porque “a nivel político cualquier ayuntamiento que quiera regular cualquier oficio lo normal es hablar con los profesionales del sector cosa que no se ha hecho en este caso” y yendo más allá es muy particular que sólo se piense en este control a un sector de la sociedad marcando su carácter poco democrático “las exigencias que van a aplicar a los locutorios porque no lo aplica al resto de comercios de la Villa así por lo menos entendemos que no va en contra de nosotros. Porque el Ayuntamiento sabe que si se aplicara con equidad estas medidas a todos los comercios se tendrían que cerrar la mitad de los comercios en la ciudad”.
Y agrega que “todo el mundo sabe que la mayoría de los locutorios son propiedad de personas inmigrantes que contribuyen al desarrollo económico de la ciudad con esta actividad y que además pueden sostener a sus familias y en algunos casos dar empleo directo a otras personas. Creo en el caso de cierres de locales y con la crisis económica que se está dando es la propia persona inmigrante quien va a sufrir y esto si le añadimos las dificultades de la Ley de Extranjería no sé dónde vamos a parar”.
Pero Moulay llama la atención sobre el carácter social de los locutorios pues aunque en rigor no son centros sociales, las características culturales de las personas inmigrantes hacen de estos sitios lugares para interactuar momentáneamente como cuando las personas de aquí se saludan en las fruterías, las carnicerías o en otros sitios públicos. “los locutorios ya no son sólo locales para vender y comprar, hoy en día son lugares sociales y de encuentro para inmigrantes, por ejemplo, quien quiera buscar trabajo o vivienda o papeleo va a los locutorios porque sabe que ahí encontrará esa información y el Ayuntamiento de Bilbao tendría que saberlo y si el estudio, si se hizo en los locutorios, debería haber arrojado resultados en los que este aspecto se resaltara pues en muchas ocasiones los locutorios están ayudando al trabajo del Ayuntamiento sobre este tema”.