Nancy Gonzalez Coca / Bilbao / Febrero 2008
Muchas veces cuando se habla de las favelas la imagen que se tiene de estas es negativa. Esto hace que la mayoría de políticas, programas, planes y proyectos prioricen en ellas satisfacer necesidades básicas, como es la salud, la educación o la vivienda, dejando relegado a un segundo plano el acceso a los valores culturales.
Pero “uma idéia deslocada” es como Cine Favela busca suplir esta carencia. Con los mínimos recursos disponibles, sin un elenco profesional y con mucha improvisación de por medio, Cine Favela es un proyecto que ha logrado empoderar a una comunidad como es la “Cidade Nova Heliópolis” de Sao Pablo en Brasil, para reflejarse a si misma y a sus contemporáneos a través de la lente de una cámara y conectarlos con una vía de acceso al mundo del séptimo arte.
Este proyecto ha facilitado que una comunidad pueda pasar de meros espectadores de un contexto hostil, como es el de las favelas, a una posición activa que busque abrir nuevos caminos y perspectivas a su situación. Así mismo, promueve la inclusión de jóvenes de la periferia a través del contacto con el arte, el descubrimiento de talentos y la formación de agentes culturales multiplicadores que expandan esta iniciativa en el resto de la metrópolis para que estimule la concienciación social y la idea de ciudadanía.
Estos y algunos aspectos más del proyecto Cine Favela fueron los que tuvo ocasión de explicarnos Otavio Sendoya, uno de los productores de esta iniciativa y que en un perfecto “portuñol” adquirido por su origen “colombo – brasileño” nos comento para esta publicación.
N.G.: ¿En que consiste el proyecto?
Octavio Sendoya: Consiste en dar la oportunidad a la gente que vive en las favelas en Brasil de no solo ver el cine sino de vivir toda la experiencia de hacer cine.
N.G.:¿Como esta organizado el proyecto?
O.S.: El proyecto esta organizado para dar la oportunidad a la gente de ver el cine con proyecciones de películas nacionales y extranjeras con la posibilidad de participar en la producción de largometrajes, trabajando como actores, como guionistas, entre otros. Hacemos además todos los años festivales de cine donde la gente que llega a nosotros ya sea niños o mayores que tengan una idea o un guión hecho les damos el apoyo necesario para que hagan sus propios cortos y así lo ponemos en este festival.
N.G.: ¿Como se financian para este proyecto?
O.S.: Se financia siempre con la ayuda y la voluntad de todos. Hay gente que siempre ayuda de la forma que pueda ya sea con dinero o con el transporte de los actores. Hay una señora que por ejemplo hace las vestimentas para la película, otro señor en las proyecciones de las películas suele hacer palomitas para vender en la puerta de las escuelas. Él llega todos los domingos donde hay exhibiciones de películas y hace las palomitas. Todos ayudan como pueden.
N.G.:¿El lugar donde se realiza el proyecto solo es en Brasil o también en el País Vasco?
O.S.: El proyecto se realiza en Brasil en una favela que se llama “Heliópolis”, que esta en Sao Pablo y es la mayor favela de este sitio con un millón de metros cuadrados donde treinta mil personas viven ahí, es una ciudad dentro de otra ciudad. Estamos aquí en el País Vasco buscando colaboración para el proyecto, no solo para la financiación del segundo largo que estamos haciendo, que ya tenemos todo rodado, sino también de colaboraciones para el proyecto en general.
N.G.: ¿Que actividades del proyecto Cine Favela tienes para mostrar?
O.S.: El proyecto Cine Favela ya ha empezado con la producción del primer largometraje que se llama “uma gota de sangue” que habla sobre el problema de la salud pública en Brasil, principalmente en estas favelas ya que al no haber escuelas y cines tampoco hay hospitales.
N.G.: Que mensaje les mandarías a los nuevos realizadores que tienen la dicotomía entre ganar dinero ó trabajar para ayudar a las demás personas.
O.S.: No puedo garantizar que vayan a ganar dinero, pero igual pueden ganar otras cosas. Cosas que el trabajo social hace. Trabajar con gente para ayudar a otros seres humanos, esto de alguna manera es una recompensa, puede ser que no sea de dinero pero es una recompensa de bienestar de hacer bien a otras personas.