Wilson Quintero / Bilbao / Noviembre 2007
Farida El Hanafy, es hija de una valenciana -apasionada de la cultura egipcia y la historia- y un egipcio, ingeniero agrónomo, que llegó a España a hacer un doctorado y se quedó trabajando. “Mi padre era feriante. Vendía artesanías, papiros y objetos de Egipto. Por esta razón y otras más se conocen mis padres. Gracias a esta relación mi madre decidí volver al Islam”-señala. Volver al Islam viene a ser una suerte de rebautizo ya que para el Islam el estado natural del ser humano es ser musulmán, pero se pierde y para recuperarlo se debe volver a él para disfrutar de la gracia de serlo. La familia de Farida se traslada Euskadi en 1995, a un pequeño pueblo cerca de Guernika, Forua, donde Farida aprende en tres meses a hablar Euskera. “No te queda otra, o aprendes, o aprendes” señala orgullosa de su capacidad de adaptación. A los 11 años, después de su primer viaje a Egipto, tierra de sus ancestros, Farida fue a la escuela vestida con el velo. Hoy sigue llevando esta prenda por decisión propia, orgullosa de sus creencias, y dispuesta a dar lo mejor de una musulmana a un nuevo Euskadi que se está creando.
F. Al principio era un boom luego mis amigas y amigos fueron familiarizándose con mi forma de ser y de vestir.
F. No, ninguna.
F. Castellano, árabe y euskara. Me siento parte de esas culturas y vivo cada una de ellas con sus particularidades. En mí confluyen todas porque tengo amigas y amigos con los que comparto en esos idiomas.
F. Sí, pero es más por los estereotipos que por el daño que te quieran causar. No falta quien te diga algo en el cole, pero te plantas y le explicas e inmediatamente no vuelven a meterse contigo. En la calle, a veces veo miradas pero paso de ellas porque creo que son el resultado de una opinión elaborada por los medios de comunicación más que de su pensamiento.
F. Primero comentarte que el Corán enseña que Dios es paz e igualdad, no desigualdad ni injusticia, ni menos fundamentalismo. Es incomprensible quien en nombre del Islam diga o haga lo contrario, de eso no se trata. Otra cosa es que la gente crea (debido a los medios de comunicación) que el Yihad significa guerra y terrorismo y no algo tan sencillo como tus luchas del día a día. Esas pequeñas cosas que debes cambiar y superar y te cuestan; es al fin y al cabo, la lucha contigo misma por mejorar. Ese es un sentido de Yihad y existen muchos otros; cómo puede ser la de la protección de tu pueblo, pero no como lo muestran los medios, como fundamentalismo que incita al terrorismo, no es ese el sentido. Ese –lamentablemente- es otro estereotipo o prejuicio que no nos beneficia a musulmanas y musulmanes de Euskadi y del mundo.
F. Sí y la mayoría son mujeres. Tenemos dos mezquitas bien importantes en Bilbao o al menos a las que voy yo en las calles Fika y Begoñazpi, a ellas asisten muchas mujeres.
F. Tengo mis amigas y salgo con ellas, obviamente hay cosas que no hago, ni ellas me obligan a hacer ni me fastidia no hacerlas.
F. Me gusta la música. Me encanta el rap y entre ese estilo a Chollín, o escuchar a Nach y a Samy Yousef.
F. Lo mejor en el trato de las personas, que las personas sean tratadas en igualdad de condiciones y sin importar sexo, credos, ni afiliaciones políticas y orientaciones sexuales. En otras palabras abierto y plural, rico en la diversidad cultural.