Nuevo Euskadi

¿Qué imagen tenemos de Bolivia?

La constitución de Evo incluye derechos como el aborto, o la orientación sexual

JORDI ÁLVAREZ CAULES / Bilbao / Febrero 2008

En los últimos meses hemos asistido a una suerte de linchamiento mediático del proceso constituyente boliviano. La prensa internacional, y más en concreto la prensa española, ha afirmado que Evo Morales estába imponiendo su constitución al país, que ha aprobado ésta excluyendo a la oposición, y que esto estaba llevando a Bolivia al borde de la guerra civil. Sorprendentemente poco después de titulares tan catastróficos, estos mismos medios señalaban “que ya se superó la crisis”. Todo esto hace preguntarse hasta que punto la crisis que vivía en ese momento Bolivia no era una crisis exagerada por la prensa, y a que intereses rinde cuentas esa exageración.

Sobre Bolivia circulan ciertas leyendas urbanas, poco argumentadas, y nada debatidas, que la prensa repite como mantras. Se ha dicho que Evo estaba imponiendo la constitución al país, tachándole de lider totalitario, cuando lo que está haciendo es cumplir la promesa electoral que formuló en 2005 al ser elegido presidente con el 53% de los sufragios: cambiar la constitución para poder refundar el pais, para apoyar desde las leyes del estado que el reparto del capital sea más equitativo. Una nueva constitución, que será refrendada doblemente por el pueblo finalizadas ya las negociaciones con la oposición. Se ha dicho, también, que el proceso de nacionalizaciones tendrá graves consecuencias para el país, a pesar que gracias a estas y a las remesas de los bolivianos inmigranes, la economía boliviana creció en 2007 casi el doble que la cifra lograda por el anterior gobierno neoliberal del ex presidente Quiroga, y el PIB creció un 4,03% respecto al año anterior. Se ha dicho que Evo estaba imponiendo un régimen militar, cuando Bolivia ha sido uno de los primeros países del mundo en incluir en su constitución la negación del hecho armado de la guerra para la resolución de conflictos, un hito histórico, que ha sido ninguneado por la prensa y alabado por los movimientos sociales, y que pone la metodología de la no-violencia como máxima aspiración en las relaciones internacionales. También se ha escrito que Evo quiere cambiar la constitución para perpetuarse en el poder y tener la posibilidad de ser reelegido indefinidamente, a pesar de que esa posibilidad la tienen la inmensa mayoría de presidentes europeos, y nadie les tacha de dictadores, y a pesar que el texto constituyente final incluye que el presidente en bolivia sólo puede ser reelegido una vez.

Todas estas informaciones sesgadas han creado una suerte de cortina de humo que ha impedido hacer llegar a los ciudadanos españoles, y a los inmigrantes bolivianos y latinamericanos, cuales son los cambios que propone esta nueva consitución. Parece como si estuviéramos ante una maniobra de distracción, en la que no se argumenta en contra de los nuevos principios de esta carta consituyente,( esto sería muy interesante, al menos generaría debate) sino que estos se obvian descaradamente. Pareciera que el desprestigio al que la prensa somete a este proceso político y democrático, es suficiente realidad mediática para ningunear lo que esta nueva constitución propone. Propuestas como descentralizar las decisiones judiciales, por medio de asambleas indígenas, que tendrán también que rendir cuenta a la constitución, propuestas como incluir el derecho al aborto, o el de libertad de tendencia sexual en el texto, o como que el estado garantice el derecho a la alimentación, o como que el derecho a la propiedad privada tendrá encuadrarse en su función social, o sea que el derecho a la propiedad privada no podrá vulnerar el derecho a la educación, vivienda, sanidad, o empleo digno del resto de ciudadanos.

Finalmente a Morales también se le critica la influencia de su homónimo venezolano, Hugo Chavez, y sin duda que la figura de este en Latinoamérica es una referencia para muchos gobiernos, como el de Nicaragua, Guatemala o Ecuador, y también para el de Evo, aunque este recalque “la independencia del proceso boliviano”. Lo que pasa mucho con las críticas, sobre todo en aquellas que se refieren a algo que no conocemos lo suficiente, es que se exponen sus argumentos sin un contexto. Por qué no se habla por ejemplo de la influencia estadounidense en la política y economía de Latinoamérica durante más de medio siglo, con episodios tan nefastos como el golpe de Estado a Allende, y el apoyo y financiación del guerrilla antisandinista en Nicaragua. ¿Qué decir de una política neoliberal, apoyada cuando no impuesta por el gobierno estadounidense, que ha dejado tantos paises endeudados, y poblaciones hambrientas? De eso por supuesto no se habla, porque desvirtuaría la crítica a los gobiernos “populistas-socialistas” que están “erigiéndose” cual “fascistas” en el subcontinente americano.

Las frases
“La nueva constitución boliviana será doblemente refrendada una vez que Evo haya terminado las negociaciones con la oposición, ¿quién puede entonces tachar este proceso de antidemocrático?”