Wilson Quintero / Jordi Álvarez Caules/ Bilbao / Abril 2008
En lo que a la difusión de su trabajo comprende, la Sociedad de Estudios Vascos ha pasado por muchas fases, desde el letargo de su actividad durante la dictadura, hasta adaptarse, durante los años 90 de manera pionera a las nuevas tecnologías, creando la Fundación Eusko Media. Una nueva estructura jurídica dedicada a digitalizar todo su fondo documental, y videográfico, y a democratizar el acceso de sus contenidos a través de su página web (www.eusko-ikaskuntza.org). La enciclopedia Auñamendi, una base de datos de fotos de toda Euskal Herria, el cancionero vasco, o partituras de la música folclórica, son algunos ejemplos de los documentos a los que el público puede acceder a través de esta dirección.
Para implementar academicamente su vocación formativa, esta sociedad académica creó la Fundación Asmoz, dedicada, entre otras actividades, a impartir cursos on line, con carácter semipresencial a universitarios. “En este aspecto hemos sido bastante pioneros y recientemente hemos acuerdos con la UNED y la UPV, para ofrecer masters y postgrados a través de Internet” explica Aranburu.
Pero en el ámbito académico la Sociedad de Estudios Vascos lleva ya mucho camino recorrido. El año pasado, su revista semestral RIEV (Revista Internacional de los Estudios Vascos), cumplio 100 años de divulgación científica, algunos de ellos, desde 1983 hasta 1996, dirigida por el reconocido antropólogo y etnógrafo Julio Caro Baroja, sobrino del novelista Pío Baroja.
Eusko Ikaskuntza es hoy un referente científico para quien quiera estudiar rigurosamente la cultura vasca, pero también ha sido el caldo primigenio del que luego han surgido grandes iniciativas culturales e incluso institucionales, como fue el caso en 1919 de la Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia.
Una vocación por cuidar y fomentar la cultura vasca, que sigue hoy plenamente vigente, y que se ha expresado recientemente a través de la creación de Jakiunde, la Academia de las Ciencias, las Letras y las Artes. Una academia “dedicada a la creación artística y el pensamiento crítico que ofrezcan una percepción cualificada de los retos del futuro” dice la web.
El futuro pasa sin duda por ver Euskadi, y la cultura vasca dentro del marco de la globalización, y el cambio tecnológico, y dentro del marco de las migraciones. Por eso hace cinco años, surgió, a raíz de un encuentro internacional de todas las colectividades vascas del mundo Euskosare: la red de colectividades vascas. Una organización que quiere dar una vocación internacional a la Sociedad de Estudios Vascos. A través de esta red, Eusko Ikaskuntza, pretende “fomentar la colaboración de vascos y amigos de vascos, tanto en ámbitos culturales, como económicos y empresariales” afirma Aranburu. Y aspira a ser así mismo una herramienta que ayude a la comunidad vasca global a conocerse. “Una comunidad que comprende ya nueve millones de personas, los 3 millones de ciudadanos que viven en Euskal Herría, y los 6 millones de vascos y descendientes de vascos que están dispersos por todo el mundo” explica Antton. “La idea es crear puentes en la sociedad vasca, ser una sociedad compenetrada en todos los sentidos, también en los valores solidarios.”