Nuevo Euskadi

Asociaciones de cubanos y cubanas en el exterior: el cambio en la emigración cubana que ocultan los medios

José Manzaneda
Responsable de Medios de Comunicación de Euskadi-Cuba
Coordinador de www.cubainformacion.tv / Bilbao / 6 de Mayo 2008

En el mes de marzo de 2008 nació la Asociación Sierra Maestra, compuesta por cubanos y cubanas residentes en Euskal Herria, que se define como sociedad de carácter cultural y patriótico y que apoya el proceso revolucionario cubano. Decenas de asociaciones de la misma índole están surgiendo en todo el mundo. Sólo en Europa mencionaremos la Asociación de Cubanos en Bélgica, la Asociación Cultural Martí-Maceo (Reino Unido), la Asociación Raíces cubanas (Francia), la Asociación La Estrella de Cuba (Alemania), la Asociación Cubanos por Cuba (Suecia), la Asociación de Cubanos de Noruega, la Asociación Comunidad Cubana Sierra Maestra (Madrid), la Asociación de Cubanos en Catalunya y la Asociación de Cubanos Residentes en Ucrania. ¿Por qué surgen ahora tantas organizaciones de este tipo y no antes?

Hasta los años 90, era difícil encontrar asociaciones de cubanos y cubanas residentes en el exterior favorables a la Revolución cubana. El panorama de la emigración cubana organizada se encontraba monopolizado -especialmente en Miami y en Madrid- por organizaciones de la ultraderecha “anticastrista”, nucleadas en torno al tópico del “exilio cubano” y lideradas por antiguos miembros de la burguesía batistiana.

La brutal crisis económica atravesada por Cuba tras la desaparición del campo socialista del Este de Europa, a comienzos de los 90, disparó las cifras de la emigración cubana de raíz económica. Hoy, ésta presenta características muy similares a las del resto de naciones de Centroamérica y el Caribe.

Este nuevo paisaje de la emigración cubana, tan alejado ya del cainismo anticastrista, ha implicado necesariamente cambios en las expresiones asociativas de la comunidad cubana. Tras los primeros años de asentamiento en sus países de acogida, muchos de los cubanos y cubanas “residentes en el exterior” –término utilizado por quienes no se identifican completamente con el concepto de emigrantes o inmigrantes- han comenzado a organizar espacios de reencuentro y “cubanía”.

El carácter no beligerante con la Revolución de la actual emigración cubana y la política de apertura, reencuentro y reconocimiento con la comunidad en el exterior por parte del gobierno de la Isla en los últimos tiempos han marcado la naturaleza de estos nuevos espacios. Así, han surgido numerosas asociaciones de emigrados cubanos en torno a posiciones de repudio del bloqueo de Estados Unidos contra su pueblo, que hoy sigue siendo espoleado, desde una irracionalidad escasamente pragmática, por las organizaciones del autodenominado “exilio”.

Además, es notoria la indignación y el hartazgo de una gran mayoría de cubanas y cubanos emigrados –o residentes en el exterior- frente a otra forma de agresión contra su pueblo que sin duda tiene mayor calado y profundidad y en la que sienten ser objeto directo de manipulación: la guerra mediática. Los grandes medios de comunicación –propiedad de una élite que ha reconvertido libertad de prensa en simple libertad de empresa e impone de facto una dictadura informativa a escala planetaria- emplean el fenómeno de la emigración cubana como elemento de demonización de la Revolución cubana. Dando conscientemente la espalda a la realidad social, los media siguen asociando la figura de los cubanos y cubanas residentes en el exterior con la del “exilio”, la “disidencia” colaboracionista y la contrarrevolución.

Las informaciones sobre inmigración de diarios, radios y televisiones esconden sistemáticamente el contexto socio-político y el sistema económico vigente en los países de origen –en su mayoría economías de mercado capitalista del Tercer Mundo- y rara vez mencionan su forma de gobierno o la composición de éste. En el caso de Cuba, por el contrario, es automática la mención del presidente del Ejecutivo y la culpabilización al sistema económico y político vigente en la Isla del fenómeno migratorio.

Las cifras de la emigración cubana –frente a la imagen que proyectan los medios y el llamado “exilio cubano”- no son superiores a la media latinoamericana: 1,3 millones de personas nacidas en Cuba viven en el extranjero –la mayoría en Estados Unidos-, es decir, el 11,5 % en relación a los 11,3 millones que habitan en la Isla. Cifras normales y, en cualquier caso, muy inferiores a las de países como México, El Salvador o Colombia.

En lo refererido a la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), según los datos del año 2007 aportados por el Instituto Nacional de Estadística referentes a la ciudadanía extranjera regularizada, Cuba es el 15º país emisor de emigrantes, y el 8º de América Latina, tras Colombia, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, Paraguay y Perú, constituyendo el 1,6 % del total. Actualmente, residen 1.580 personas cubanas en la CAV. De ellas, 573 son hombres (el 36,3 %) y 1.007 mujeres (el 63,7 %), presentando la comunidad cubana el habitual cuadro de emigración feminizada, común a numerosos países del Sur, especialmente de América Latina.

La recién constituida Asociación Sierra Maestra, a la que ya se han incorporado decenas de cubanos y cubanas residentes en Euskal Herria es, además de una nueva herramienta para el desarrollo de la tan necesaria interculturalidad en tierra vasca, la demostración de que el pueblo cubano, allá donde se encuentre, con opiniones, matices y colores diversos, por encima de divergencias y posiciones no unívocas en temas periféricos, mantiene -en su inmensa mayoría- un punto de encuentro en torno a la condena del bloqueo yanki, la defensa de la soberanía de su patria y el respaldo natural al proceso histórico de construcción de justicia social que hoy sigue representando, para tantos pueblos del mundo, la Revolución cubana.