JORDI ÁLVAREZ CAULES / Bilbao / Febrero 2008
Para Aurel esta moratoria está generando una situación muy complicada, en la que los rumanos son atraidos en su país por una publicidad engañosa, tanto del estado rumano como de las empresas privadas, para encontrarse con un mercado laboral que no es tan bondadoso como les prometían. A esto se suma la acción de las mafias que les estafan al tramitar la oferta de empleo. Aurel denuncia que “muchos se endeudan para venir aquí, para encontrarse con que aún no han sido seleccionados para el trabajo y que tienen que pasar otra prueba más en España”. La mayoría no están lo suficientemente cualificados para el trabajo prometido desde Rumanía, por lo que han hecho un viaje y un gasto en valde. Aurel afirma que “tras las pruebas que realizan las empresas españolas, los que consiguen finalmente ser contratados tienen un permiso de 160 días para trabajar, y si quieren renovarlo han de volver a su país, o esperar en España a que les ofrezcan otra oferta de empleo”. Si por el contrario la empresa les rechaza, muchos optan por trabajar ilegalmente en cualquier otra cosa hasta que algún empresario les tramite una oferta, ya que la gran mayoría no poseen siquiera el dinero necesario para el viaje de vuelta. El problema aquí, exlica Aurel, es que los empresarios no tramitan tan fácilmente una oferta de trabajo a un ciudadano rumano, y muchos son los que prefieren contratarles ilegalmente. Todo esto está llevando al colectivo rumano a situaciones limite, como la que se vió en Septiembre de este año: un ciudadano rumano se prendía fuego frente a la subdelegación de Gobierno de Castellón. Este hombre había inmigrado a España, con su mujer y sus dos hijos, con la promesa de un trabajo y un piso en alquiler. Finalmente, la oferta era una estafa, y la familia tuvo que ganarse la vida recogiendo chatarra y vendiendo refrescos por la calle. Quince días después de prenderse fuego, moría en la unidad de quedamos del Hospital La Fe de Valencia.“La cosa está mal y no hay duda que va a ir a peor” sintetiza Aurel, aunque critica la actitud de este hombre que se inmoló, “a mi también me han ofrecido traerme a mi familia, pero sé que por el momento están mejor en Rumanía.”
Las razones de esta inmigración son económicas, en España se obtienen mejores sueldos que en Rumanía, (de hecho en este momento los empresarios rumanos, en sus propios países, están contratando trabajadores orientales, por lo que también los trabajadores rumanos tienen que competir con el trabajador inmigrante), e incluso, según Nilu Scrofran, miembro de la Asociación de Empresarios Rumanos de Castellón, “si los rumanos consiguen regularizarse, cobrando el paro ganan más que trabajando en su país”. Aurel coincide con su presidente, Traian Basescu, que hace pocas semanas realizaba una visita de estado a España, en que “todo este flujo inmigratorio sin la opción de poder trabajar como europeos de plenos derechos va a generar una economía sumergida”. E insiste en que “el gobierno central no se da cuenta que con esta moratoria a los que primero fastidia es a los suyos, porque fomenta un mercado laboral negro, y por tanto la bajada de salarios”. Por otro lado, Aurel incide, en que los rumanos que trabajan ilegalmente no aportan dinero a la seguridad social, y denuncia, que, de esta forma, no tienen pleno derecho a la salud como el que tiene un contribuyente. “El gobierno prefiere que trabajemos ilegalmente” concluye.